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EL PRIMER CONGRESO FEMINISTA DE YUCATAN 1916

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Solo con la prioridad en la educación y en los derechos de los iguales, se lograrán generaciones libres y fuertes.

 

“Para que puedan formarse generaciones libres y fuertes es necesario que la mujer obtenga un estado jurídico que la enaltezca, una educación que la permita vivir con independencia, buscando en las artes la subsistencia honesta, que, de este modo, los hijos que constituyen la patria futura se eduquen imitando en las madres edificantes ejemplo de labor y libertad”.

Salvador Alvarado.

 

Esta fue la primera reunión feminista que se tiene como principal antecedente de lo que fue el origen de la propuesta que se llevó ante el Congreso Constituyente de 1916-1917, para que se incluyera en el documento constitucional que se estaba elaborando: el derecho al voto pasivo y activo de las mujeres. La referida petición no fue contemplada por los constituyentes encargados del análisis y redacción del documento del cual surgió la Constitución Mexicana del 1917, pues consideraban que ni las mujeres se ponían de acuerdo. Y fue hasta 1947 cuando se dio este derecho a nivel municipal, y seis años después, en 1953, se logra a nivel nacional.

 

Pero adentrémonos un poco en la historia de cómo surge este Congreso Feminista en Yucatán:

 

A una tierra histórica de ritmo lento, de feudos, apegada a sus tradiciones y costumbres, en donde la reflexión paciente domina el espíritu, llega a gobernar un hombre de avanzada, con las más atrevidas reformas sociales del continente americano, intentando cambiar el fondo del pensamiento político de un pueblo y abrir cause a la corriente revolucionaria. La llegada del General Salvador Alvarado Rubio a Yucatán, según el historiador Frank Tannenbaum, lo define como: “un ciclón que destruyó al feudalismo profundamente enraizado en esa tierra”.

 

Salvador Alvarado Rubio, destacado hombre sinaloense nació en Culiacán el 16 de septiembre de 1880. Desde muy joven se interesó por la lucha política de su tiempo, participando desde 1906 en el Partido Liberal. Participó en la huelga de Cananea ese mismo año; posteriormente, decide radicar un corto tiempo en el estado americano de Arizona, donde además de aprender inglés, pudo darse cuenta del espíritu emprendedor y organizador del pueblo de ese país, ideas que trajo consigo al estado de Yucatán cuando el General Venustiano Carranza lo nombra Gobernador Interino de ese estado.

 

El General Salvador Alvarado fue enviado al sureste del país por el jefe máximo constitucionalista el General Venustiano Carranza, para recuperar la plaza de las fuerzas argumedistas y conducir el movimiento revolucionario en esos estados de la República Mexicana, principalmente en Yucatán.

 

Luego de derrocar al General Abel Ortiz Argumedo, quien comandaba en el sureste a los grupos reaccionarios del estado contrarios a los constitucionalistas, y  que mediante un golpe sedicioso derroca al gobernador Toribio de los Santos y toma bajo su mando la gubernatura de Yucatán el 12 de febrero de 1915. Después del triunfo del General Salvador Alvarado, el General Máximo, Don Venustiano Carranza, lo nombra Gobernador Interino de ese estado, en marzo de 1915 y hasta  febrero de 1918.

 

El General Alvarado fue un joven educado en Sonora, intelectual con ideas socialistas demócratas de la época. Como militar se convirtió en un líder singular, un general con profundo nacionalismo. Como gobernador, luchó por ameztizar la cultura yucateca y la mexicana, una sociedad laica, a la vez que iba introduciendo  los grandes avances técnicos y filosóficos del mundo exterior.

Hombre de letras y de acción, difirió de todos los demás líderes de la Revolución al formular un programa auténtico para implementar en el México post revolucionario, a decir del historiador Frank Tannenbaum “él quizás más que cualquier otro mexicano que tomó parte activa en la Revolución, intentó formular su programa, pero ningún intelectual mexicano admitiría que Alvarado era un intelectual, o que formuló el programa de la Revolución”.

 

El gobernado Alvarado, promulgó más de 700 decretos que no eran otra cosa que leyes, pero las principales fueron las llamadas cinco leyes hermanas: La Ley de Hacienda, Ley de Catastro, Ley Agraria, Ley Orgánica de los Municipios, Ley del Trabajo. Estas cinco leyes fueron la piedra angular del edificio revolucionario, mismas que por su avanzada tuvieron influencia decisiva en la redacción de diversos artículos constitucionales. Posturas que defendieron sus delegados constituyentes en los debates en el Congreso Constituyente, entre los que se encontraban: Enrique Recio, Antonio Ancona, Manuel González, Miguel Alonzo y Héctor Victoria, integrantes del partido socialista. Salvado Alvarado fue, sin duda, un estadista.

 

El General Alvarado fue un estadista visionario, que definió un programa de gobierno en Yucatán, y lo que es más importante en el tema que tratamos, por primera vez en la historia de nuestro país, en ese programa político incluyó a la mujer en su obra magna, la reconstrucción de México. Un mensaje a los pueblos de América, manifiesta Salvador Alvarado con sus ideas fundamentales sobre el sexo femenino.  

 

Es de reconocer también que esto pudo suceder gracias a las características especiales de este estado, pues Yucatán, es un estado costero importante, vecino de un océano, con una comunicación marítima de fácil acceso a las costas de Estado Unidos, Cuba y Europa.  No es de dudarse que los vientos de los movimientos feministas que se iniciaron en Europa y Norteamérica a finales del siglo XIX y principios del XX, época en que se dieron los primeros congresos internacionales que se efectuaron en Paris, Washington, Chicago y Londres, y que fueron los centros de conferencias de 1888 a 1900, hubiesen llegado a la península antes que a otras partes de la República Mexicana. Alicia Pestana, una feminista española, publicó un folleto sobre estos congresos, que encontró en su camino a México, quizá este fue el hecho por el cual en Yucatán existió desde el siglo pasado un creciente interés en la educación de la mujer.  

 

La gran visión del gobernador yucateco vislumbró otra de las necesidades prioritarias que había que tratarse en esos momentos de debates del constituyente y no era otra cosa que los derechos de las mujeres, las yucatecas y las mexicanas en su conjunto.  Después de tratar este tema con mujeres líderes yucatecas, decidió convocarlas a un congreso donde expresaran su sentir y discutieran su porvenir. Alvarado deseaba incorporar a las mujeres a la modernidad mediante la educación y el trabajo remunerado, con un énfasis en que las mujeres tenían que tener una educación laica, una educación racional, para poder distanciarse de los prejuicios y las preconcepciones atrasadas que adquirían por la religión católica.

 

Así pues, sin perder tiempo, el 28 de octubre de 1915, el gobernador y comandante militar del estado de Yucatán, el Gral. D. Salvador Alvarado mediante un decreto emite su convocatoria al Primer Congreso Feminista de Yucatán.  

Dos años antes, se había realizado en Tabasco un Congreso Feminista del cual no se conocen registros, por lo que el convocado por Alvarado se consideró como el primero.

 

Así pues, el Primer Congreso Feminista de Yucatán, es considerado también el primero en México y América Latina que fue convocado y llevado cabo desde el gobierno; pues este trataba de impulsar el proyecto político del constitucionalismo. En otro contexto, se considera el segundo de América Latina, ya que, en mayo de 1910, se llevó a cabo el Congreso Feminista de Buenos Aires, Argentina, convocado por la Federación de Mujeres Universitarias.

 

Para llevar a cabo el alojamiento de las participantes se utilizaron escuelas para hacer campamento. Las maestras participantes acudieron desde su lugar de origen con un buen ánimo de participar, además de que los gastos originados por el congreso, serían cubiertos por el gobierno de Yucatán, más una compensación adicional.   

 

LA CONVOCATORIA

 

El Primer Congreso Feminista de Yucatán, fue convocado por el C. Gobernador y Comandante Militar del Estado, Gral. D. Salvador Alvarado Rubio. Para discutir temas que propuso en su invitación. La reunión que sería en el Teatro “Peón Contreras”, de la ciudad de Mérida, los días 13 al 16 de enero de 1916.  

 

El congreso logó una amplia participación, pues reunió a más de 600 mujeres educadas, en su mayoría profesoras del estado de Yucatán.

 

A decir del escritor mexicano Jesús Silva Herzog, en su obra: “Breve Historia de La Revolución Mexicana, sobre el congreso feminista de 1916”, nos dice:

 

A los veinte y ocho días del mes de octubre de 1915, el Gobierno revolucionario del estado que preside el Gral. D. Salvador Alvarado, dictó la siguiente convocatoria para el Primer Congreso Feminista de Yucatán, que a la letra dice:

 

CONSIDERANDO: que la mujer yucateca ha vivido hasta ahora entregada al hogar y sus obligaciones se han concretado a las que se originan de una vida quieta, empírica, sin dinamismo que trascienda a la evolución y sin aspiraciones que la liberten de la tutela social y de las tradiciones en que ha permanecido sumida.

 

Que la historia primitiva de la mujer es contraria al estado social y político que actualmente guarda, pues en el matriarcado, revelación y testimonio de su preponderancia pretérita, estuvo orgullosa de sus derechos.

 

Que es un error social educar a la mujer para una sociedad que ya no existe, habituándola a que, como en la antigüedad, permanezca recluida en el hogar, el cual sólo abandona para asistir a los saraos y fiestas religiosas, y que no se le reivindica colocando sobre su tumba el epitafio romano: “cuidó de su casa y supo hilar la lana”, pues la vida activa de la evolución exige su concurso en una mayoría de las actividades humanas.

 

Que para que puedan formarse generaciones libres y fuertes es necesario que la mujer obtenga un estado jurídico que la enaltezca, una educación que la permita vivir con independencia, buscando en las artes subsistencia honesta, que, de este modo, los hijos que constituyen la patria futura se eduquen imitando en las madres edificantes ejemplo de labor y libertad.

 

Que la Revolución Constitucionalista ha manumitido a la mujer, concediéndole derechos que antes no tenía, como los que se derivan del divorcio absoluto, y que resultarían ilusorias estas justas concesiones de no prepararla convenientemente para la conquista del pan y para la conservación y defensa de estos derechos, alentándola a la conquista de nuevas aspiraciones.

 

Que el medio más eficaz de conseguir estos ideales, o sea, de libertar y educar a la mujer, concurriendo ella misma con sus energías e iniciativas a reclamar sus derechos, a señalar la educación que necesita y a pedir su injerencia en el Estado, para que ella misma se proteja, se convoca desde luego a un Congreso Feminista a todas las mujeres honradas de Yucatán, conforme a las siguientes bases:

 

  1. Al Congreso Feminista podrán asistir todas las mujeres honradas de Yucatán, que posean cuando menos los conocimientos primarios.
  2. El Congreso Feminista efectuará sus labores en ocho días improrrogables, verificando por lo menos una sesión diaria.

III. El Ejecutivo del Estado designará una junta que se encargará de organizar todo lo relativo al Congreso, y de nombrar comisiones iniciales hasta de cinco miembros, para resolver los temas.

  1. Este Congreso discutirá y resolverá los temas siguientes:
  2. ¿Cuáles son los medios sociales que deben emplearse para manumitir a la mujer del yugo de las tradiciones?
  3. ¿Cuál es el papel que corresponde a la Escuela Primaria en la reivindicación femenina, ya que aquélla tiene por finalidad preparar para la vida?
  4. ¿Cuáles son las artes y ocupaciones que debe fomentar y sostener el Estado, y cuya tendencia sea preparar a la mujer para la vida intensa del progreso?
  5. ¿Cuáles son las funciones públicas que puede y debe desempeñar la mujer a fin de que no solamente sea elemento dirigido sino también dirigente de la sociedad?
  6. Las dos primeras sesiones del Congreso tendrán por objeto: la primera, nombrar la Junta Directiva del Congreso, que se compondrá de una Presidenta, una Vicepresidenta, diez Vocales y tres Secretarias; y la segunda, aumentar hasta diez el número de las componentes de las comisiones que estudiarán y formularán las conclusiones de las cuestiones propuestas.
  7. Los gastos de viaje y permanencia en esta ciudad que eroguen los concurrentes al Congreso Feminista, serán cubiertos por el Estado.

VII. Las resoluciones de este Congreso tendrán el carácter de proyectos, los que serán elevados a la categoría de Leyes, previo estudio que de ellos haga el Departamento de Legislación Social de la Secretaría General de Gobierno.

VIII. La Junta Directiva actuará desde el día 7 de diciembre del presente año y dictará las órdenes conducentes a la apertura del Congreso, siendo por cuenta del Erario Público todos los gastos que erogue.

 

Dado en el Palacio del Poder Ejecutivo del Estado a los veintiocho días del mes de octubre de mil novecientos quince. El gobernador y Comandante Militar del Estado. S. Alvarado. El Secretario General interino, Rafael Aguirre C.

 

UN TRANVÍA LLAMADO DESEO

 

Alvarado dio todo el apoyo para la realización del Primer Congreso Feminista. Aurora Valle en su obra: “Sol de Libertad”, nos dice de este congreso lo siguiente: Aurora Cortina G. Quijano evoca el teatro de estilo rococó, recibiendo a 620 congresistas de todo Yucatán, “vestidas algunas con hermosos huipiles y joyas de oro; otras, con sus vestidos de lino y algodón en colores claros, impecablemente almidonados”. Todas ellas, considera, pasajeras de “un tranvía llamado deseo”.

 

Cortina destaca como “pasajera” de ese primer tranvía a Hermila Galindo, a quien califica posiblemente como la primera feminista del siglo XX en México. Otra de las mujeres destacadas del primer congreso fue Consuelo Zavala, quien encabezó el ala moderada de las participantes, en tanto, que las ideas de Hermila fueron calificadas como radicales.

 

El CONGRESO

 

En los albores del mes de enero del 1916, los sueños y la esperanza de las mujeres convocadas al congreso se empacaban en sus maletas, mezclándolos con sus ropas, (seguramente las mejores) para acudir a la cita con el destino que les daba la oportunidad de decidir cuál sería el camino que desde ese día seguirían ellas, sus hijas y sus nietas.

 

El día trece desde temprana hora fueron llegando una a una, o en pequeños grupos y se fueron instalando en el majestuoso edificio, fiel testigo de lo que ahí estaba por suceder.

 

Para la hora de la inauguración ya estaban todos instalados, así que atentas al protocolo de la inauguración y las palabras de bienvenida se procedió  a dar lectura a la ponencia con la que se abría el ciclo de conferencias y ésta fue la de Hermila Galindo Acosta, a la que llamó: “La Mujer en el Porvenir”.  Hermila no pudo acudir al congreso, por lo que el señor César González, del Departamento de Educación se encargó de dar lectura a su ponencia de participación. Hermila Galindo era una política colaboradora, secretaria de confianza del presidente Venustiano Carranza. Además, era una feminista radical para su época. En su ponencia no solo habló sobre la igualdad política, del derecho al sufragio femenino, sino también relacionándolo con el tema de la educación, habló sobre la sexualidad y la importancia de una educación sexual para las mujeres, porque señalaba que hombres y mujeres tenían el mismo instinto sexual. Esto causó gran revuelo en el congreso, sobre todo por el ala conservadora, quienes se escandalizaron y hasta llegaron a pedir se suspendiera la lectura de su discurso, por considerarlo inmoral. Textualmente compartimos una parte de su ponencia que decía:

 

“En la actualidad se procura en la mujer el desarrollo de lo que se llama vida del corazón y del alma, mientras se descuida y omite el desarrollo de su razón. El resultado es una hipertrofia de vida intelectual y espiritual y es más accesible a todas las creencias religiosas; su cabeza ofrece un terreno fecundo a todas las charlatanerías religiosas y de otro género y es materia dispuesta para todas las reacciones.

 

Toda esta ignorancia explica históricamente los casos de pasiones inexplicables, las princesas que corrían la suerte de artistas trashumantes, las vírgenes de aristocrático abolengo que abandonaban su patria, hogar, familia, religión, sociedad, pasado, presente y porvenir, por caer en brazos de quienes las cautivaban sin importar su condición social. Aventureros o místicos, millonarios o bandidos, titanes o funámbulos.

 

Un pudor mal entendido y añejas preocupaciones, privan a la mujer de conocimientos que le son no sólo útiles sino indispensables, los cuales una vez generalizados serían una coraza para las naturales exigencias del sexo: la fisiología y anatomía que pueden conceptuarse como protoplasmas de la ciencia médica que debieran ser familiares en las escuelas y colegios de enseñanza secundaria y que se reservan únicamente a quienes abrazan la medicina como profesión.

El instinto sexual no tiene iguales consecuencias para el hombre que para la mujer. En tanto, la mujer puede quedar marcada; el hombre es considerado “un calavera” agradable. Mientras las mujeres pueden quedar embarazadas, los hombres fundan orfanatorios y casas de cuna, como artificioso expediente para eludir sus responsabilidades”.

 

Para la feminista Hermila Galindo, era indispensable que se orientara a la mujer sobre cuidados higiénicos desde el seno familiar. Y recalcaba en su participación, lo que calificaba como absurdo que por ignorancia o intencionalmente el “no abrir los ojos a las niñas” al conocimiento de su cuerpo. Pues las madres que lo hacen contribuyen a la degeneración de la raza, “porque esa mujer linfática, nerviosa y tímida no puede dar hijos vigorosos a la Patria”.

 

En su discurso, Hermila aludía a grandes pensadores como Philippe Mailander, quien afirmaba que el punto esencial de la vida humana residía en el instinto sexual, único que aseguraba al individuo la vida, que es lo que más se amaba. El ser humano a nada concede tanta importancia como a las cosas del amor, no fija ni concentra toda la intensidad de su voluntad de modo tan notable en cosa alguna como en el cumplimiento del acto sexual. Hermila se refería también a Buda, quien afirmaba que “el instinto sexual es más agudo que el aguijón con el que se doma a los elefantes salvajes, y más ardiente que la llama. Es como un dardo clavado en el espíritu del hombre”.

 

Finalmente, en esta ponencia inicial de la feminista Hermila Galindo Acosta a la que damos énfasis por su importancia en el tema que trata, habremos de decir que su tesis sobre el instinto sexual imperante en la mujer, fue un tema avasallador por completo, al que se le vieron varias aristas, en los diferentes grupos. Para las conservadoras se llegó a calificar de inmoral, tan es así que la profesora yucateca, Isolina Pérez, intentó que no se continuara leyendo el texto. Esto último fue el motivo primordial para que Hermila Galindo encabezara a un grupo de 600 mujeres para solicitar el segundo congreso feminista, en el que defendería su tesis, avalada por mujeres connotadas de la época como Matilde Montoya, Salomé Carranza, Luz Calva, Artemisa Sáenz Royo y Elvira Anaya, entre otras, quienes opinaron sobre su tesis, además de los galenos Tomás Rojas y José María Rodríguez, quienes absolvieron el trabajo de Hermila Galindo, que había sido declarado inmoral”.

 

EL INFORME DEL CONGRESO

 

INFORME que la Junta Directiva del Primer Congreso Feminista de Yucatán rindió al Ejecutivo del Estado, antes de la clausura del propio Congreso y de acuerdo con la Convocatoria respectiva. Tengo el honor de comunicar al Gobierno de su digno Cargo, de acuerdo con el artículo 17 del Reglamento Interior del Primer Congreso Feminista, las

 

Conclusiones que las señoras y señoritas congresistas aprobaron por mayoría de votos, en las sesiones verificadas durante los días 13, 14, 15 y 16 del presente mes, las cuales fueron propuestas por las comisiones encargadas de absolver los temas cuyo estudio tuvo a bien proponer.

 

Para la absolución del primer tema que dice:

 

¿Cuáles son los medios sociales que deben emplearse para manumitir a la mujer del yugo de las tradiciones? Se acordó lo que sigue:

 

  1. En todos los centros de cultura de carácter obligatorio o espontáneo, se hará conocer a la mujer la potencia y la variedad de sus facultades y la aplicación de las mismas ocupaciones hasta ahora desempeñadas por el hombre.
  2. Gestionar ante el Gobierno la modificación de la Legislación Civil vigente, otorgando a la mujer más libertad y más derechos para que pueda con esta libertad escalar la cumbre de nuevas aspiraciones.

III. Ya es un hecho la efectividad de la enseñanza laica.

  1. Evitar en los templos la enseñanza de las religiones a los menores de diez y ocho años, pues la niñez todo lo acepta sin examen por falta de raciocinio y de criterio propio.
  2. Inculcar a la mujer elevados principios de moral, de humanidad y de solidaridad.
  3. Hacerle comprender la responsabilidad de sus actos: “El bien por el bien mismo”.

VII. Fomentar los espectáculos de tendencias socialistas y que impulsen a la mujer hacia los ideales del libre pensamiento.

VIII. Instituir conferencias periódicas en las escuelas, cuya finalidad sea ahuyentar de los cerebros infantiles el negro temor de un Dios vengativo e iracundo que da penas eternas semejantes a las del Talión: “Ojo por ojo y diente por diente”.

  1. Que la mujer tenga una profesión, un oficio que le permita ganarse el sustento en caso necesario.
  2. Que se eduque a la mujer intelectualmente para que puedan el hombre y la mujer completarse en cualquiera dificultad y el hombre encuentre siempre en la mujer un ser igual a él.
  3. Que la joven al casarse sepa a lo que va y cuáles son sus deberes y obligaciones; que no tenga jamás otro confesor que su conciencia.

 

Segundo tema propuesto:

 

¿Cuál es el papel que corresponde a la Escuela Primaria en la reivindicación femenina, ya que aquélla tiene por finalidad preparar para la vida? Para su absolución se acordó lo que sigue:

 

  1. Establézcanse conferencias públicas a las que asistan principalmente profesores y padres de familia a compenetrarse de los nobilísimos fines que persigue la educación Racional con su base de libertad completa, la que lejos de conducir al libertinaje, orienta a las generaciones hacia una sociedad en que predomine la armonía y la conciencia de los deberes y derechos.
  2. La supresión de las escuelas actuales, con sus textos, resúmenes y lecciones orales, para sustituirlas con institutos de educación racional, en que se despliegue acción libre y beneficiosa.

 

El tercero que dice:

 

¿Cuáles son las artes y ocupaciones que deben fomentarse y sostenerse en el Estado y cuya tendencia sea preparar a la mujer para la vida intensa del progreso? Fue absuelto dicho tema en la forma siguiente:

 

  1. Para fomentar la afición a la pintura, crear inmediatamente una Academia de Dibujo, Pintura, Escultura y Decorado; asimismo establecer la clase de Música en las principales poblaciones del Estado.
  2. Crear clases de declamación en el Conservatorio y Escuela Normal.

III. Clases de: fotografía, platería, trabajos de fibra de henequén, imprenta, encuadernación, litografía, fotograbado, grabado en acero y en cobre, el arte de la florista y trabajos de cerámica en las Escuelas Vocacionales; que los emolumentos de que disfruten los profesores sean iguales; la creación de becas para las señoritas del interior del estado que deseen cursar estas asignaturas y que todas estas clases sean también nocturnas.

  1. Creación del mayor número posible de Escuelas-Granjas Mixtas.
  2. Fomentar por medio de conferencias y artículos de periódicos la afición al estudio de la medicina y farmacia en el bello sexo.
  3. Fomentar la afición a la literatura y a escribir libros de higiene, artes y cuanto redunde en pro del progreso de la mujer.

 

Cuarto tema:

 

¿Cuáles son las funciones públicas que puede y debe desempeñar la mujer a fin de que no solamente sea elemento dirigido sino también dirigente de la sociedad? Fue absuelto dicho tema como sigue:

 

  1. Deben abrirse a la mujer las puertas de todos los campos de acción en que el hombre libra a diario la lucha por la vida.
  2. Puede la mujer del porvenir desempeñar cualquier cargo público que no exija vigorosa constitución física, pues no habiendo diferencia alguna entre su estado intelectual y el del hombre, es tan capaz como éste de ser elemento dirigente de la sociedad.

Protesto las seguridades de mi más atenta y respetuosa consideración. Constitución y Reformas.

Mérida, enero 16 de 1916.

 

La presidente, Adolfina Valencia de A.

La secretaria: Consuelo Ruz Morales.

Rúbricas.

Al C. Gral. D. Salvador Alvarado, Gobernador y Comandante Militar del Estado.

 

Presente:

Concluimos diciendo que este congreso tiene una carga simbólica muy poderosa en la memoria del feminismo en México, un antecedente de gran valor al contarse con la resolución final y las voces divergentes redactadas en las actas de las actividades del congreso en una edición que se hiciera pública ese mismo año.

 

En 1975, para las celebraciones del Año Internacional de la Mujer, el Infonavit, público las actas del Primer Congreso Feminista de Yucatán en una edición facsímil respetando su contenido, solo agregando una introducción al mismo y poniendo como título: “1916 Primer Congreso Feminista de México”.

Laura Ramos

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