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El busto de bronce del maestro José María Paredes, un digno homenaje a Fray Juan de San Miguel

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En nuestra ciudad anualmente cada 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, vuelve a florecer la reminiscencia y memoria del misionero Fray Juan de San Miguel, quien, en 1533, llevara a cabo la fundación hispana del pueblo de origen purépecha que posteriormente tendría el nombre de “Villa de San Francisco Uruapan”, en honor al seráfico San Francisco de Asís.

Ciertamente, el cronista La Rea describe la llegada de Fray Juan de San Miguel a este paraíso michoacano al decir que en 1533, luego de haber fundado varios pueblos de la sierra purépecha, “llegó al sitio de Uruapan y viéndole tan fecundo, ameno y vistoso, y que el cielo se inclinaba con tan lindo agrado, escribiendo en los semblantes el efecto con que le miraba, hizo alto el colono seráfico, caudillo del pueblo y apóstol de su iglesia, y fundó el pueblo en el mejor lugar que contenía todo aquel valle y que tiene todo el reino de Mechoacan, repartiendo la población en sus calles, plazas y barrios, con la mejor disposición que pudiera la aristocracia de Roma”. 1

En ese tenor, el padre Fray Alonso de la Rea destaca la gran admiración que le causó el Cupatitzio, y la forma en que “organizó a los pobladores indígenas dando a cada vecino su posesión mandando que desde luego hiciesen casas y huertas, plantado de todas frutas plátano, ate, chico zapote, mamey, lima, naranja, limón real y gentil; y así no hay casa de indio que no tenga todas estas frutas y agua  de pie para la verdura con tan linda disposición y arte, que todo el pueblo parece un país flamenco, de frutales tan levantados, que en competencia de los pinos se suben al cielo”. 2

Desde entonces, la evidente obra social de Fray Juan de San Miguel es reconocida por infinidad de cronistas e historiadores, entre ellos, citamos a Arriaga Ochoa, quien, recapitulando a La Rea, en uno de sus textos refiere que “la ciudad de Uruapan, Michoacán, nació en los momentos en que se fundía la cultura indígena con la española para dar nacimiento a nuestro mundo de mexicanos”. 3

Y sobre el fundador hispano sintetiza que, “estableció escuelas de primeras letras y de música, enseñó artes a los indígenas, y los defendió de la opresión de los conquistadores”. 4

Es así como el admirable apóstol católico legó la semilla de la buena vecindad entre sus pobladores, quienes con todo respeto y tributo le decían: “Tata Juanito”.

El reconocimiento a su labor emprendida en el antiguo Uruapan poco a poco ha sido difundido, pero falta mucho por conocer de en cuanto a su vida misionera, ya que son limitadas las referencias primarias.

Por lo que se refiere al sentido de identidad, devoción y la presencia actual del ilustre evangelizador, el magnánimo “Tata Juanito”, debemos destacar al maestro José María Paredes Mendoza (5), quien hasta nuestros días es el autor del único busto -de bronce- erigido en honor al fundador de la Villa de San Francisco Uruapan, efectuado a finales de los años 50´s del siglo pasado.

En su momento, citaba Paredes Mendoza al semanario “El Oidor” que el cariño que le tenía al fundador de Uruapan lo había motivado enormemente para elaborar la obra con la que se le rendía una justa reverencia.

Como se dice popularmente “no hay fecha que no se cumpla” y con este preámbulo, el busto de Paredes Mendoza fue inaugurado el día 23 de septiembre de 1958, momento que se convirtió en un memorable festejo, que por muchos años fuera recordado entre los vecinos de aquella época.

“Uruapan, a su benemérito fundador y benefactor insigne, como una prueba, aunque tardía, de muy justa y merecida gratitud”, dice el pie de página de la nota dedicada al hecho ocurrido en Uruapan, en el impreso de un medio de Morelia. 6

De esta manera, la obra se emplazó en el atrio de la parroquia de San Francisco, la había mandado erigir el Sr. Cura Don Alberto Navarro, a quien también se le debe agradecer esa estupenda decisión que emprendió durante las mejoras que se hicieran al entonces llamado “Templo Viejo” de Uruapan.

La escultura miraba hacia la Plaza y Jardín “Mártires de Uruapan”, y la enmarcaban los arcos de la entrada y el de la puerta mayor del antiguo templo parroquial.

La fecha tan memorable en que Uruapan tendría por primera vez un busto en honor a su fundador hispano, se organizó un atractivo programa donde se leyó el perfil biográfico del misionero que llegara a Tierra Firme en la llamada “segunda barcada”, por el año de 1528. Y, acto seguido, fundara este paraíso terrenal en 1533.

El día de develación, en un momento dado, ante el lleno total que estaba en el patio frontal del templo, las autoridades eclesiásticas de Zamora y Uruapan, con la asistencia del edil don Rafael Ledesma Medina –un comerciante honesto y trabajador-, así como su gabinete municipal; el sector educativo, y el pueblo en general; esperaban ansiosos para oír el glorioso poema de la poetisa salmantina Carmen Arteaga de Padilla (7), quien evidentemente se inspiró para plasmar el poema que fuera hecho a invitación de su amigo y maestro de Arte, José María Paredes Mendoza.

A la sazón el joven estudiante Jesús Zaragoza Pulido declamó la hermosa inspiración titulada: “Los pasos de Fray Juan” (8), de la citada autora, la “Güera Padilla” como le decían a esta grandiosa escritora guanajuatense, que viviera muchos años en nuestra ciudad y fuera una de las pocas mujeres inmersas en el ambiente cultural de aquella época.

La voz exquisita, elegante, clara y con buen timbre de Zaragoza Pulido, revelaba ese extraordinario texto literario, pronunciado con gran expresión y el dominio ante el escenario, en una etérea finura bajo la armonía y paz con que desarrollaba el evento cultural.

En tal sentido, sólo se escuchaba la voz del declamador:

LOS PASOS DE FRAY JUAN:

Los pasos de Fray Juan, eran sin ruido…

Pero dejaban huella: -sangre viva-

sobre la tierra virgen…

Los pasos de Fray Juan, fueron un surco

germinando en las piedras del camino.

De su leve pisada, la simiente

floreció esplendorosa –realizada-

en obra para siempre…

Venía de muy lejos… -quedamente-

en medio del tropel de la Conquista:

Un lirio entre corceles delirantes…

Un lampo entre el incendio sin cordura…

¡Con la Cruz como escudo!

El era, -¡sí!- un hombre, conjugado

como el ángel, el toro, el león y el águila…

…Y su presencia fulgurante estaba

en sagrada misión sobre esta tierra

¡Esperando la aurora!…

Aquellos indios huérfanos de dicha

¡Rotos como los árboles heridos!

Aquellas serranías, donde el rayo

diezmara los encantos del boscaje

con la avalancha ciega…

Aquellos hombres tristes… Ya con odio

metido con un clavo en las entrañas…

Aquellos seres de inocencia huraña

remontándose más… -Como los lobos

heridos por los hombres.

Aquellas fuentes vivas, rumorosas,

naciendo entre raíces de milagro

¡Cantando entre las piedras…!

Aquellas selvas pródigas en frutos

abandonados en la triste huída…

Un lirio entre corceles delirantes…

¡Un lampo en el incendio sin cordura!

…con la Cruz como escudo…

Se internó en la maraña de la sierra;

subió y bajó a las cumbres y a las cuevas…

Buscó a los lobos tímidos y heridos;

restañó sus heridas y sus llagas

¡Hablándoles su idioma!…

Les dijo la palabra que enamora,

-que se pronuncia siempre con música…

Que se dice con lágrimas de dicha;

que se escucha con sed irresistible

y engendra la Esperanza…

Les deletreó el Amor, como una rosa

que se guarda en un nicho de rocío.

Y se deja, desde los labios

abiertos de la luz amanecida

¡Después de horrible noche…!

Los lobos entendieron la palabra

y adornaron su herida con la rosa…

para olvidar la noche del quebranto

Siguieron a Fray Juan… ¡Hacía la aurora

que se llama Esperanza!

Así surgieron los pueblos y ciudades

con Escuelas, Industrias y Hospitales…

Y así, del manantial –ya sin el diablo-

en un clima de pájaros y flores

surgió tan bello Uruapan…

¡Un lirio entre corceles delirantes

pudo trazar sus calles y sus plazas…!

ENVIO:

Fray Juan:         Tu parroquia de hoy

-en el tiempo-

te erige una estatua…

 

Porque tú, sabías

trazar, con el signo de la Cruz

la espera,

la sed

y el estruendo

de los porvenires

de asfalto y concreto

con que hoy tus calles y plazas se visten…

Fray Juan: ¡Quién te viera!

        llegar

        a tu bronce

            Con aquellos pasos

            de varón arcángel…

                ¡Con aquellos pasos

de los pies desnudos

en la sierra dura

por donde anduviste!…

Fray Juan: ¡Quién te viera

        sonreír en carne de tu bronce entero

desde tus pinares…!

            …Y decir que Uruapan

            -este Uruapan fértil

            que tú nos legaste-

                es hoy ¡como nunca!

                Más fiel y más tuyo…

                ¡Para siempre tuyo!

 

Inmediatamente, al rematar la parte final del poema de la “Güera Padilla”, el joven declamador levantó su mirada hacia el cielo, como evocando a “Tata Juanito” y dejó caer varias lágrimas de emoción que corrían velozmente por sus mejillas, mismas que conmovieron a la concurrencia, la que también llenó de lágrimas y emoción todos sus rostros, a raíz del estilo tan original y exaltado con que Jesús Zaragoza cerró su intervención, con este hermosísimo poema: ¡un verdadero canto al fundador de Uruapan! ¡A Tata Juanito!

Surgieron cientos de aplausos de parte de los asistentes que constituían una etérea pieza sonora que ante el silencio de la tarde se transportaba hasta los rincones de los propios barrios de la población, los barrios del humilde franciscano. Puede interpretarse que era como un eco notorio y evocador a la reminiscencia del misionero de Asís.

De esta forma fue como el pueblo de Uruapan admiró alegremente el busto de bronce por varios años, ya que, para el enojo de muchos de sus habitantes, posteriormente se guardó –incluso se tuvo en el olvido- en una de las piezas del Palacio Municipal “pues a pesar de que mi padre, con mucho sacrificio junto el metal, hasta tuvo que usar unas charolas de plata para completar el peso que se ocupaba a fin de hacer la obra; el Sr. Cura José Luis Sahagún de la Parra, no consideró propio tener esa figura en la explanada del templo, y a mi padre nunca le explicó por qué tal disposición y la mandó desalojar”. 9

Sin embargo, la obra escultural no corrió la misma suerte que tuvo el grandioso monumento al General Emiliano Zapata (10), ya que al ocupar el doctor Francisco Solís Huanosto al gobierno municipal, con la amabilidad y respeto que los caracterizaban el profesor Paredes fue a entrevistarse con él a su oficina, solicitándole que volviera a ubicar el busto en un espacio público, “¡donde se pudiera!, pero que no estuviera abandonado en el palacio municipal pues podría pasarle lo que al Zapata”. 11

Con esa sensibilidad y humanismo que le fuera caracterizado, Paco Solís, ese gran humanista y médico caritativo, aceptó la sugerencia y en una sesión ordinaria, después de proponerlo ante el H. Cabildo del gobierno municipal; no sólo se decidió eso, al contrario, se aprovechó para inaugurar con el nombre de Calzada Fray Juan de San Miguel, la antigua Calzada de la Quinta Ruiz y todos convinieron en edificar un monumento y en una base de concreto develar nuevamente el busto de bronce, colocándolo desde ese tiempo donde ahora se localiza, frente a la entrada principal del Hotel “Mansión del Cupatitzio”.

“La obra escultórica del maestro José María Paredes, con que la ciudad quiso recordar a Fray Juan de San Miguel, o sea, el busto a su memoria se trasladó luego al monumento que se levantó a la entrada de la ciudad frente al Parque Nacional”, dice Francisco Miranda en su obra monográfica “Uruapan”. 12

“Acto de reconocimiento al fundador de Uruapan”, informaba un semanario local en la portada de una de sus ediciones. La que por el interés que hay en su contenido, se trascribe:

“Las autoridades municipales representadas por el Dr. Francisco Solís Huanosto, dando una demostración de cumplimiento del deber cívico y social, han realizado un acto de pleno reconocimiento al ilustrísimo Fray Juan de San Miguel, por su grandes virtudes de humanista, protector y educador de la raza indígena y por el gran mérito de su obra social como fundador de Uruapan, erigiendo en su honor un sencillo pero significativo monumento que fue inaugurado el domingo pasado (3 de octubre de 1971), ubicado al inicio de la entrada a Uruapan por el viento Noroeste de la quinta, la cual como justo homenaje a su fundador ahora lleva el nombre de Calzada Fray Juan de San Miguel”. 13

Igualmente, el semanario “Comentarios”, que dirigiera por cierto el dramaturgo Jesús Zaragoza Pulido (aquél orador que leyera el poema de Carmen Arteaga), en su edición del domingo 3 de octubre de ese año, refiere que “el día de hoy a las 12:30 del mediodía, será inaugurado el monumento y busto a Fray Juan de San Miguel, en la Calzada la Quinta y Calle Jacarandas. El monumento fue realizado por la actual administración municipal y mide más de dos metros de altura, y el busto, que estuviera en el patio del templo de San Francisco, estará colocado en una base de concreto para lucir tal trabajo del artista José María Paredes”. 14

En resumen, fue así como la sencilla obra del maestro Paredes Mendoza, que para este año de 2020 acaba de cumplir 62 años de existencia; y el monumento levantado durante gobierno de Solís Huanosto, rendían homenaje a este distinguido personaje que tanto quiso a Uruapan y por el cual entregó gran parte de su vida misionera en Tierra Firme, nos referimos reiteradamente a “Tata Juanito”.

A propósito el águila de piedra que está en la parte superior de la pérgola municipal del centro de la ciudad, también es obra del profesor Paredes, quien desafortunadamente a pesar del trabajo por el rescate de la historia de Uruapan, la educación y la cultura que emprendió en la ciudad del Cupatitzio, no se le ha hecho ningún reconocimiento público, salvo aquél sencillo homenaje que le otorgara en el año 2003, el grupo “Uruapan Visto por los Uruapenses”, que dirigía el maestro nicolaita José Napoleón Guzmán Avila, al que pertenece su servidor.

Mientras tanto, se concluye este sencillo texto dedicado a uno de nuestros maestros, regocijándonos de nuevo con el final del poema de la “Güera Padilla”:

“(…) Fray Juan: ¡Quién te viera sonreír en carne de tu bronce entero sobre una altura

desde tus pinares…! …Y decir que Uruapan -este Uruapan fértil que tú nos legaste- es hoy ¡como nunca! Más fiel y más tuyo… ¡Para siempre tuyo!”.

 

Notas:

1 Rea, Alonso de la, “Crónica de la Orden de Nuestro Seráfico padre San Francisco Provincia de San Pedro y San Pablo de Mechoacán en Nueva España”, 1era. edición, Zamora, Colmich, 1996.

2 Bis.

3 Arriaga Ochoa, Antonio,” Imágenes y paisajes”, biblioteca de nicolaitas notables, UMSNH, Morelia, 1981.

4 Bis.

5 José María Paredes Mendoza: Fue cronista de la ciudad de Uruapan. Nació en Uruapan en 1912, y murió en esta misma ciudad en el año de 2005. Promotor cultural, articulista, poeta, autor de diversos ensayos y escritos relacionados con la cultura y raíces uruapenses y michoacanas. Algunas de sus obras son: “Antología Mínima de Poetas Uruapenses” (1966); “Cuentos y otros Escritos” (1983); “Manuel Ocaranza. Biografía, escritos y anécdotas” (1983); “Monografía de Uruapan (1984); Las Canacuas (1994); “El Parque Nacional” (1994); “Uruapan en la Cultura” (1996); entre otros. Nuestro pueblo está en deuda con este gran maestro, a quien debemos un merecido homenaje póstumo.

6 “La Voz de Michoacán”, Morelia, 30 de noviembre de 1958.

7 Carmen Arteaga de Padilla: Originaria de Salamanca, Guanajuato. Poetisa que radicara muchos años en la ciudad de Uruapan. Pronto destacó como una persona educada, intelectual, escribió en varios medios locales y revistas nacionales, tanto crónica, como narrativa y poesía. Fue célebre su poema “Los disticos del verbo”, que se encuentra en “Los Poetas de Uruapan”, en el 450 aniversario de la Fundación de Uruapan, Uruapan, 1983.

8 Originariamente publicado en “Tiempo del Cupatitzio”, año IV, No. 106, Uruapan, agosto de 2007.

9 Entrevista de Sergio Ramos Chávez a Mario Paredes Roberts, Uruapan, septiembre 30 de 2018.

10 El monumento al General Emiliano Zapata fue abandonado en varios lugares, incluso en la Colonia del mismo nombre y luego demolido, a pesar de haber estado desde 1935 y hasta 1951, en la Avenida Ocampo, del centro de la ciudad. Los gobiernos posteriores a la década de los años 50´s del siglo pasado hicieron caso omiso de la situación y la obra fue derruida.

11 Entrevista de Sergio Ramos Chávez a Mario Paredes Roberts, Uruapan, octubre 5 de 2018.

12 Francisco Miranda, “Uruapan”, monografías municipales del Gob. del Edo. de Michoacán, México, 1979.

13 “Crítica”, Año XXXI, No. 1602, Uruapan, 10 de octubre de 1971.

14 “Comentarios”, Año V, No. 228, Uruapan, 3 de octubre de 1971.

Texto: Sergio Ramos Chávez, Cronista de la Ciudad de Uruapan. En el barrio de San Juan Bautista, 3 de octubre de 2018.

 

 

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