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La pintura de Quincoza* se mueve en el territorio de la identidad purépecha, pero también representa la evolución profesional de un artista uruapense que busca revelar los nuevos elementos de vanguardia, que lo sitúen dentro del proceso evolutivo que debe registrar el oficio del arte.
Si analizamos su obra, observamos la destreza en el dibujo y el manejo de los colores a través de un trazo limpio, rítmico, dinámico, amplio.
Quincoza se entrega al arte como compromiso plástico innato, recreando adecuadamente la descripción que nos regala, por medio de una perspectiva enriquecedora de temas interesantes, paisajísticos, muy nuestros, con sello regional.
Sus cuadros conservan personalidad y definición artística. Tienen vida. Es un trabajo orgánico, profundo, de amplia calidad. Expresa la capacidad para crear espacios, atmósferas y volumen en sus obras. Hay propuesta, coherencia, estilo, factura, colorido, solución artística.
El motor primordial de su obra y su postura estética es la raza purépecha. Son tomas instantáneas de una destreza pictórica en la síntesis relativa a este mundo indígena. En sus óleos y labores bajo otras técnicas registra su vida, su vestuario, sus labores, su idiosincrasia y su vida comercial, el hábitat de los purépechas; pinta con admirable maestría bellos bodegones colmados de fruta y dulces regionales, o bien a un grupo de músicos, de trabajadores, de danzantes. Recupera su cosmogonía, a nuestro pueblo.
En pocas palabras, la expresión realista de Quincoza no distorsiona la esencia del purépecha, el empleo del color es selecto y preciso, efectivo, cuenta con volumen ¡hay belleza plática!
Asimismo, el paisaje artístico es sensible, nos introduce a concebir el sonido armonioso del río Cupatitzio o la serenidad de los lagos michoacanos; el desnudo de su musa que plasma en el lienzo, es coetáneo a los elementos contenidos en el cuerpo del trazo y la pintura, de los colores; y es aquí donde abrevia una interesante fusión de expresiones naturales con el arte abstracto.
Pero eso no es todo, Quincoza hoy camina hacia la finura artística y evolutiva, al admirar en sus cuadros de vanguardia un decidido progreso intelectual, de técnica, de estilo, abordando en la práctica su materia teórica con gran conocimiento.
En pocas palabras, Quincoza sabe dar efectos, acentuar, matizar los temas que representa; da luz, resume bases realistas, tiene calidad intrínseca, y determina su amor al indígena, al pueblo purémbe, con una solvencia profesional constante, y de la misma forma aprovecha la capacidad que tiene el artista en ampliar su obra hacia la vanguardia con oficio y evolución creativa.
* Viquindel Quincoza de Leon
Sergio Ramos Chávez, Cronista de la ciudad de Uruapan.
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