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CDMX.- Recientemente la actriz francesa Valentine Monnier aseguró que el cineasta franco polaco Roman Polanski la violó en 1975, cuando ella tenía 18 años. El hecho, recogido por Le Parisien, habría ocurrido en Suiza. La noticia circula a pocos días del estreno del nuevo filme del cineasta, bajo investigación de la justicia estadounidense, ante ello:
¿Qué pasa cuando tus ídolos cometen crímenes? ¿A quién le creemos? ¿Merecen Woody y Roman que no veamos su arte?, aquí los comentarios de expertos.
“Puedo entender el trauma, pero en esta época en la que se puede acusar a quien sea de lo que sea y el acusado es culpable hasta que se demuestre lo contrario, pues habrá que ver qué tan cierto es”, declara Jorge Avila Andrade reconocido líder de contenidos en cine.
Y agrega “ahora bien, ¿separar al artista de su obra? Creo que el trabajo habla más que la persona, aunque no faltará quien alegue que ese trabajo es reflejo de la persona. Creo que el caso de Allen es diferente. Quien lo acusa es Farrow, pero en todos estos años nadie que yo recuerde lo ha acusado de violación o algo parecido. Y sigue casado con su entonces hijastra”.
Por su parte, otra conocedora, Alejandra Musi sostiene que “Podríamos estar horas reflexionando el tema. Creo que es complejo porque cada caso es diferente. Concretamente con Polanski me gusta la postura que tuvo Lucrecia Martel en Venecia y fue la de no enaltecer ni hacer ídolo al artista pero reconocer que su obra es valiosa. Hay una parte en mí que está convencida de que si alguien comete un abuso o delito tiene que someterse a la justicia porque nadie debe estar por encima de la ley y no debemos endiosar a los artistas pero hay otra que agradece tener su arte. Y encontrar la justa medida entre justicia y el disfrute de sus creaciones es un dilema”.
Y entiende, que “además de claro, todo lo que decimos acerca de cómo lograr hacer realmente lo justo y poder separar las falsas acusaciones de las verdaderas, que también las hay. COMPLEJISIMO. También me pongo en el zapato de las víctimas con el tema del tiempo pero imagínense que fuera cierto y que alguien te hace muchísimo daño y con el tiempo en lugar de ver que esa persona sufra alguna consecuencia cada vez es más y más enaltecida e idolatrada”.
“A esto súmenle que antes no se tenía un marco de tanta libertad y eco para hablar. Igual estás mujeres le contaban a la gente, algunos les creían, otros no, y al final el poderoso era el famoso. Ahora con las redes las denuncias cobran fuerza. Pero también las redes pueden hacer justo lo contrario, atacar y destrozar sin que sea verdad”, concluye. / Juan Barrientos Figueroa.
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