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La película Bikinis y Rock de 1972 es un churro más de los que acostumbra el cine mexicano, con sus debidas excepciones. Todavía en la inercia del Festival de Avándaro, los productores de esta cinta convocaron al Ritual, Peace & Love y Bandido para participar en ella y se quebraron la cabeza al retomar el argumento de otra película anterior llamada Al Compás del Twist, que es idéntica nomás que hecha en los sesentas con grupos como Los Rebeldes del Rock y los Hooligans. El punto aquí es que para las generaciones actuales ver a estos grupos en esta película es referente para conocer la obra de estas leyendas. Lamentablemente no es así.
Para cuando filmaron Bikinis y Rock, Peace & Love ya andaba haciendo agua y había perdido a dos de sus integrantes más importantes: Ricardo y Ramón Ochoa quienes aquí son sustituídos por El Diablo Villegas en la guitarra y Carlos Bozzo Vázquez en la batería, excelentes músicos que no participaron en la grabación de sus discos ni estaban en la banda cuando vivieron sus mejores momentos, como Avándaro. El Ritual estaba peor.
Ya sin Martín Mayo y Frankie Bareño, perdieron mucho de su imagen y fuerza interpretativa. Para esta película reclutaron a Ricardo Ochoa en la guitarra y ya tenían a Luis Hernández en los teclados, pero no estaban en condiciones de reproducir sus rolas más emblemáticas. A pesar de contar con tan excelentes reemplazos, en la realidad ya eran otro grupo y dada la premura de la filmación, no interpretan nada de su repertorio original, solo dos covers: Mujer Americana y Al Compás de Beethoven donde participa Norma Valdés en la paloma. Bandido es la excepción en esta película. Ellos si estaban completos y en plena forma por lo que nomás por eso vale la pena digerir el churro. Tocan sus rolas originales y el cover de Vehículo. Para quienes no los conocieron esta es una buena oportunidad de constatar el gran nivel que destilaban en sus presentaciones.
También Peace & Love interpreta algunas de sus rolas pero haciendo playback porque Ricardo ya no estaba con ellos y se avientan el cover de Cambios de Buddy Miles. Para cuando esta película se presentó en los cines, tanto Peace & Love como el Ritual ya habían desaparecido. Cuando andaban reclutando a la gente para hacerla de extras, nos dijeron que se trataba de interpretar a hippies, o sea, mariguanos holgazanes y apáticos como los presentan en la película. Esto era muy denigrante y promovía una imagen nefasta de nuestra generación, porque eso es lo que quería el gobierno para desprestigiarnos después de Avándaro. Sería hipócrita negar que le quemábamos las patas al diablo pero también creíamos en lograr un cambio, y participar en algo que daba una imagen falsa haciéndole el juego a los enemigos del rock y la juventud no era para mi y mis compañeros con quienes estaba echando a andar Medusa en esa época.
Lo comparto con el debido respeto a nuestros amigos que sí aparecen en la película bailando con las Kúkaras. Si quieres conocer la verdadera obra de Peace & Love y El Ritual, en esta película no lo vas a encontrar, mejor consigue sus discos, porque aunque P&L haga playback con sus propias rolas, los que aparecen en pantalla no son reflejo de lo que eran cuando tocaron en Avándaro. El Ritual ahí ya estaba muerto y como ya lo dije, solo Bandido es rescatable porque sí tocan sus rolas en vivo y es todo un agasajo escucharlos.
Hay otra película de esa etapa que sin llegar a ser tampoco una obra de arte, resulta un poco más digerible y aceptable. Se llama La Verdadera Vocación de Magdalena con Angélica María y La Revolución de Emiliano Zapata y en ella al menos hay una historia con cierta moraleja y puedes apreciar a La Revo en su mejor momento./ Víctor Moreno, músico.
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